La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Tacos


Hoy les he estado hablando a mis alumnos de lo que se denomina el «genio de la lengua», que viene a ser la capacidad expresiva de cada idioma para plasmar determinados aspectos de la realidad, incluso para modelarla. Como ejemplo, les he leído el artículo de una joven británica residente en España y casada con un nacional. El texto aborda el inagotable caudal de palabrotas que usamos los españoles en casi cualquier circunstancia, tanto para mostrar ira como para todo lo contrario. A la chica, por ejemplo, le sorprende que usemos las mismas expresiones como insultos y como cumplidos, lo que en inglés sería completamente inimaginable. Le cuesta trabajo comprender que la frase «¡menudo pedazo de cabrón estás hecho!» pueda recibirse con una sonrisa o con un puñetazo. No le cabe en la cabeza que a los españoles no se nos pueda mentar a la madre en una confrontación verbal sin provocar una respuesta violenta y, sin embargo, usemos el sintagma «de puta madre» para decir que algo se nos figura el colmo de la excelencia. Y no se trata de que los británicos no sazonen su habla con tacos, que sí lo hacen, sino de que su repertorio es mucho más limitado e insípido que el nuestro, apenas cuatro o cinco vocablos que hacen referencia a los genitales y que siempre suenan ofensivos a oídos de un interlocutor educado. Cuando la joven británica oye a su marido proferir exabruptos tales como «me cago en to lo que se menea» (que ella intenta, torpemente, traducir como I shit on everything that moves), «que te folle un pez» (go get fucked by a fish) o «pollas en vinagre» (pricks in vinegar), no le queda más remedio que reconocer la superioridad de nuestra noble lengua castellana cuando se trata de ser soez, pero de un modo barroco e imaginativo que a veces roza lo sublime.

Publicado (en una versión ligeramente distinta) en La Tribuna de Albacete el 27/10/2017

No hay comentarios: