La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

sábado, 16 de septiembre de 2017

Septiembre


Los profes de la comunidad hemos recibido una carta del consejero de educación. Nos dice el señor Felpeto que van a pedir centros voluntarios para realizar un «pilotaje». Al margen del pintoresco uso del término (uno ya no sabe si se va limitar a dar clase o si le van a hacer participar en las 500 Millas de Indianápolis), se trata de trasladar los exámenes de septiembre a finales de junio, porque así se espera «mejorar los resultados académicos y evitar el abandono educativo temprano». Pero si le echamos un vistazo al calendario de este curso académico, resulta que el final de las clases está previsto para el 26 de junio. Lo más probable es que las evaluaciones finales se realicen, como máximo, la semana anterior. Parece que el señor Felpeto y sus asesores confían en que los alumnos suspensos hagan en el transcurso de menos de una semana lo que no han hecho durante todo el año. La cuestión daría risa si no fuera porque el asunto es muy serio. La denominada «prueba de suficiencia» se eliminó hace unos cuantos cursos por motivos que no recuerdo, quizás porque no servía para mejorar los resultados académicos ni evitar el abandono educativo temprano. Ahora se recupera aquello que se descartó, pero con el agravante de que se eliminan las pruebas de septiembre, que sí les brindan a los alumnos un plazo razonable para ponerse al día y mejorar en aquello que fracasaron. Una de dos, o bien lo que se pretende es librar a las familias del incordio de los cates estivales o, sencillamente, quieren que los profesores acabemos aprobando a los chicos por puro agotamiento. Así no mejoramos el nivel de educativo de los alumnos, señor Felpeto. Como mucho, mejoraremos las estadísticas de cara a la galería. ¡Ah, perdón! Ahora recuerdo que es usted un político, y que la política y la educación tienen poco, muy poco que ver.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 8/9/2017

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