La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

viernes, 6 de noviembre de 2015

El sueldo de los profes


Al ensayista y opinador José Antonio Marina le han encargado la redacción de un libro blanco para la reforma de la profesión docente. El documento no está terminado, pero van trascendiendo algunas perlas de su contenido, como la idea de que el sueldo de los profesores debería depender, en parte, de su eficacia pedagógica. Según Marina, «el buen maestro no puede cobrar lo mismo que el malo», idea que a muchos lectores se les sonará razonable. Lo peliagudo es decidir quién se encargaría de realizar esa evaluación necesaria para determinar quién cobra más y quién menos (o incluso quién se va a la calle). ¿Se les pediría opinión a los alumnos y a sus padres? ¿Se juzgaría la eficacia de cada docente en función de los resultados de sus alumnos? ¿Serían los inspectores quienes cargarían con el muerto? ¿Se tendría en cuenta la extracción socioeconómica de los alumnos y la situación del centro? Como profesor que soy, opino que la idea no es del todo equivocada, aunque sí su planteamiento. Estoy de acuerdo en que algunos profesores y maestros deberían ganar más que otros, pero no atendiendo a los resultados de los alumnos, sino a la dificultad de su trabajo. Creo firmemente que deberían pagarles más a aquellos profesores que enseñan en centros de zonas rurales y en colegios de barrios conflictivos. Opino que no es lo mismo trabajar con diez alumnos que con treinta, y que poco tiene que ver dar clase en un grupo de Bachillerato que en un segundo de la ESO, pongamos por caso. Es fácil ser un buen profesor cuando se tienen buenos alumnos. Lo complicado es hacer el trabajo sucio con cierta dignidad. Y como buen desertor de la tiza, usted debería saberlo mejor que nadie, señor Marina.

Publicado en La Tribuna de Albacete el 6/11/2015

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