La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

sábado, 19 de julio de 2014

Corea y la felicidad


Al final ha resultado todo un bulo urdido por algún graciosete de internet, pero la mayoría nos lo hemos tragado sin problemas. Según se nos ha contado, la televisión de Corea del Norte le ha endosado a la población que su selección se había clasificado para el mundial de fútbol, que había derrotado por goleada a EE UU, China y Japón y que iba a jugar la final contra Portugal. El desenlace de todo esto provoca algo de sofoco. No solo nos hemos tragado sin rechistar una noticia falsa, sino que nos hemos dejado manipular por los medios de comunicación como pobres norcoreanos, es decir, como pobres idiotas. Con todo, una vez superado el sentimiento de ridículo, quizás la idea no sea tan mala. ¿Recuerdan un verano con un comienzo más catastrófico que este? ¿Han percibido alguna vez un sentimiento de desdicha, desengaño y rencor parecido al que hemos vivido por culpa del calamitoso papel de nuestra selección? Por no mencionar el perjuicio para la hostelería, los miles de litros de cerveza, de tapas y de gin-tonics que han dejado de venderse, el número de televisores gigantescos comprados para nada, las expectativas de todo un sector estratégico al garete. ¿No habría sido preferible dejarnos engañar y ser felices en nuestra ignorancia, igual que supuestamente les ocurría a los norcoreanos? Incluso se me ocurre que podría existir una cadena de televisión dedicada exclusivamente a contarles cuentos de hadas a aquellos que no quieren amargarse la vida con la dura realidad: que la crisis remonta, que el paro mejora y que este país se recupera gracias a las rigurosas pero necesarias decisiones del gobierno. Decididamente creo que necesitamos un canal como ese. Aunque, ahora que me caigo, ya lo tenemos. Se llama Radiotelevisión Española. 

Publicado en La Tribuna de Albacete el 18/7/2014

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