La Ley de Murphy

La Ley de Murphy
Eloy M. Cebrián

viernes, 5 de septiembre de 2008

Enjuto, alcalde


En Morón de la Frontera han nombrado a Santa María Auxiliadora alcaldesa honoraria. En Albacete se ha formado una plataforma para que Enjuto Mojamuto reciba un nombramiento análogo. La iniciativa se dio a conocer a través del blog http://enjutoalcalde.wordpress.com, desde el cual se hace un llamamiento para que todos los fans de Enjuto acudamos el día 7, a las 23.30, al pincho de la Feria. Debemos llevar alguna señal que nos identifique: pins, camisetas, caretas o cualquier otra prenda u objeto con la cara del personaje. De ese modo se pretende sondear el apoyo popular de la iniciativa. Después habrá que seguir los trámites precisos hasta que, en forma de moción, llegue a debatirse en un pleno del ayuntamiento, tal y como ocurrió en Morón con la patrona del pueblo.

Pero vamos por partes, porque éste es un periódico serio y tal vez muchos de los lectores ignoren de quién estoy hablando. Enjuto Mojamuto es un personaje de dibujos animados que cuenta con una sección fija en la serie de humor Muchachada Nui, sin duda uno de los programas más frescos e imaginativos de la parrilla, y uno de los pocos que mi hijo y yo podemos ver juntos, ambos muertos de la risa. La «muchachada» en cuestión está compuesta por un grupo de jóvenes actores y humoristas de origen manchego, varios de ellos paisanos nuestros. El creador de Enjuto, y también su voz, es el muy versátil Joaquín Reyes, que en pocos años ha pasado de ser estudiante de Bellas Artes en Cuenca (se rumorea que más de una vez acudió a clase disfrazado de pollo) a convertirse en uno de los humoristas más celebrados de nuestro país.

Enjuto Mojamuto es un muchacho de edad imprecisa cuya vida transcurre en un cautiverio voluntario. A Enjuto no le interesa el mundo real ni las personas de carne y hueso. Por ese motivo pasa las horas muertas conectado a internet, delante de su ordenador. En la habitación de Enjuto hay un póster de E.T. junto a Michael Jackson. Sus zapatillas deportivas yacen inmaculadas bajo la cama. La habitación de Enjuto es de una desnudez casi ascética. Nos recuerda una celda o una tumba. El propio aspecto del personaje es inquietante, un poco cadavérico, con un rostro muy delgado y ojos enormes. Su cuerpo está atrofiado y es diminuto en comparación con la cabeza. Nunca va calzado, porque nunca sale a la calle. Enjuto es zurdo, y con la mano izquierda (única parte móvil de su cuerpo, además de sus gigantescos ojos) maneja el ratón de su ordenador a un ritmo frenético. Las peripecias de Enjuto siempre transcurren en el mundo de su PC. Él mismo nos las cuenta mientras contesta, de un modo algo desganado, a las preguntas de una insistente voz en off. Enjuto habla con una voz ronca y susurrante, en la que detectamos un inconfundible acento de Albacete. Enjuto es uno de los nuestros.

Enjuto tiene una cibernovia que se llama algo así como Chumi Kechumi, a la que nunca ha visto en persona. Podría ser un tío, pero a él no le importa. La mascota de Enjuto es un canario que se llama Pitikli. El pajarito está muerto y se balancea exánime en su mano. Él ni siquiera se da cuenta, porque no tiene mucha experiencia en tratar con criaturas vivas. Aunque en su vida también existen el drama y la tragedia. Sabemos, por ejemplo, que el peor día de su vida fue aquel en que se le estropeó internet. Él reinició el ordenador, encendió y apagó el router, llamó al servicio técnico… Pero nada de eso funcionó. Sin internet, Enjuto es como un pez fuera del agua, un alienígena perdido en un planeta que le es extraño. «Aaaaay, interneeeeeé, interneeeeé», gime Enjuto con gran patetismo. Al final, la conexión vino sola. Su mayor ilusión es ir un día a la Campus Party, donde estará rodeado de frikis como él, y tal vez hasta encuentre el amor.

Enjuto me inspira una ternura inmensa. A veces me identifico un poco en él. También me recuerda a algunas personas a las que conozco y aprecio. Bien pensado, más que de cadáver, Enjuto tiene pinta de insecto, con su gran cabeza, sus ojos enormes y sus miembros raquíticos. Con aspecto de insecto, siempre encerrado en su habitación, Enjuto es el Gregorio Samsa de los dibujos animados. Su metamorfosis es la misma que han sufrido infinidad de personas, jóvenes y no tanto, que arrostran la soledad delante del ordenador, y que han llegado a depender de ese simulacro de la compañía humana que es internet. Sin duda, Enjuto Mojamuto es uno de nosotros.

Lo que más me gustaría es que Enjuto se olvidara un rato de su ordenador y se viniera a dar una vuelta por la Feria. Pero me temo que no existe la menor esperanza. Así que al menos me acercaré el domingo a la Puerta de Hierro para apoyar su candidatura como alcalde honorario. ¿Qué mejor alcalde que un personaje de dibujos animados para la ciudad destinada a convertirse en la capital mundial del circo? Ubú, rey. Enjuto, alcalde. Y Krusty el payaso, tal vez, presidente de la región.

Ah, y si quieren conocer en persona al papá de Enjuto y al resto de la muchachada», mañana actúan en el Teatro Circo.

Aparecido en La Tribuna de Albacete el 5/9/2008

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